domingo, 3 de mayo de 2009

CUENTO Y LETRAS...HABIA UNA VEZ, HABIA OTRA VEZ, AQUELLA VEZ!

Constanza angosta; aúlla de hambre ante paredes de mil obreros, teje los hilos de la vida junto con Araminta, la vieja gorda que lava y lava platos. Son las mensajeras de rumores y frases perdidas; fantasean y acomodan las idas y los romances pasajeros”.Su pasado. El de Constanza, olfateaba a diario el seco olor a vino y la fragancia de las rosas en jarrones tallados. Contaba uno, contaba dos, contaba tres, contaba un cuento, mecía sus dedos, movía los labios, abría los ojos, cantaba en verso.“Había una vez”; decía la infiel, sus ojos se abrían como queriendo salir, como queriendo gritar. La cerradura; se veía invadida por una presencia; fina pieza color esmeralda observaba atenta, escuchaba a la soñada.- “A la princesa se le perdió el cuento un día; corrió por los rincones del castillo y solo encontró escombros”.Se echaba a reír, como burlando a la ingenua muchachita; como queriéndola arrancar de la historia y quemar sus pensamientos.- “La Roncancia se halló perdida entre sombras hechas árboles y espíritus que movían sus cenizos cabellos. Jamás murió; solo se desgasto por tanto mal de aquella época, no probo carne en dos años, no sonrió feliz durante una vida”.La mimada Constanza no iniciaba con su cuento; lo omitía y reservaba al fuego sus primeras letras. – “La belleza se le fue de viaje”; decía la peregrina emotiva y resignada, al contar sus pasos, las espinas desgarraban su juventud; pero a pesar del tiempo era feliz, tuvo uno, tuvo dos, tuvo tres, tuvo hombres, tuvo un cuento, tuvo un Dios.Era costumbre anotar sus amoríos. Acumulaba prendas en su mente y susurraba dormida, en un suceso erótico.- “Y callo desnuda junto a la cama, siendo víctima de una absurda muerte, con su pecho cubierto de pasión y sus piernas heladas, un poco secas; se le vio en el panteón solo hace tres días….” Allí recordó a su amado; un apasionado y fetiche veterano, que lubricaba sus labios con sutiles pasos de deseo al verla. Jonás sincero, despertó en ella cierto cariño, profano su virginal cuerpo y se poso en las entrañas de su duro corazón. Jonás sincero; Jonás se ha ido.Contando uno, contando dos, contando tres, se dio cuenta la infiel; levanto su flácido cuerpo un poco sediento, un poco cansado. Sus labios dejaron de crear vida y emoción, pero su mente turbia, buscaba incesante unos pocos encuentros de fabula. Al oír la puerta, al abrir la puerta, cayó del cielo; sin aviso previo, sin consuelo alguno. Cuenta uno, cuenta dos, cuenta tres, la rubia como aterrada; se le vio morder el polvo, como asombrada apago sus ojos, gimió aturdida.- “Condesa alvina cayo salvaje del árbol sagrado, baño su frente en sangre y con leves suspiros conto y recordó, algo que ni siquiera yo sé”. La vieja sonrió hipocresía, calmo su aliento y tomo a la chiquilla del brazo; la elevo a su seno y la cargo con esfuerzo, ofreció un beso a su mejilla ancha. – “Princesa, princesita”. La llamaba Judas hecho humano, hecho mujer. - “La princesa al ver su cuento roto, alzo la vista, viendo a lo lejos como caminaba su propia imagen; su propio ser, No quedo más remedio que contener el miedo, animar al cuerpo y caminar a paso lento”.La princesa princesita; era protagonista de su cuento, la ingenua pieza fina. Aventura de otoño, aventura del bosque, amante del vino, hija de un rey.- “Manta en brazos; recuerdo de un celestial y puro amor, todo en el reino era alegría, porque la nana con sus tiernas palabras acomodaba un cuento en este cuento. Lucho y sufrió por ser feliz, pero el destino la hizo mujer sola”.Cuenta uno, cuenta dos, cuenta gritos, cae Susan; corre lejos, toca la baranda; limpia sus lágrimas y las guarda para un próximo encuentro. Llega Teresa, la más cordial, la más amada pero menos deseada. Llega Teresa afanada, con su pañuelo en la mano, con su agotado mechón; el que tiene sobre la cara, aquel que cubre un poco su tristeza, su amargura y desconsuelo.- “El tiempo se ha dormido, y aquellos mortales no reaccionan ante tal suceso, no mueven sus ideas y las miradas han quedado varadas en el viento. La canción tomo descanso y permitió un suspiro mañanero”.Y que Constanza, y que Teresa, y que la nena, y que la gata. Vieron como dormidas el sillón; vieron como dormidas el cuadro de la gorda Manuelita y su vela violeta, y su llama apagada. Corazones detenidos y lo hombros cansados, momento de paz se respiro en la casa.- “El castillo quedo en silencio; sus burgueses parecían muertos, y sus lamentos parecían mudos. Ni el viento hacia presencia, ni el gorrión, ni la coliflor, ni la perra, ni el ratón. Se escucha el silencio del castillo; el castillo esta en silencio”.Se asombra la gorda Manuelita desde su trozo de lienzo, trata de mover los parpados y solo consigue abrir los muros. Cuenta uno, cuenta dos, cuenta tres; cuenta el día en que nació Susan. Dolorosa la madre harapienta; colgaba trapos en la miseria de dos latas oxidadas, corre sin fortuna a la calle del dolor, encuentra a su amante y le pide un gran favor; que conserve a su hijo, que lo lleve, que lo traiga, que lo vista, que lo enseñe, que lo eduque, que le pegue, que lo premie, que le quiera. Jonás sincero, pide un poco de paciencia, pide calma en el momento y un trago lo acompaña. Cambia el modo de su cuerpo, cambia el tono de su voz, ve sangrando a la infeliz. Trae uno, trae dos, trae tres; trae a un hombre que lo ayude, a cargar a la doliente, aquella que rompió fuente, aquella que murió sin dar corazón y amor a la princesa princesita.Manuelita la pintura, observo como de día, arrancada de su vientre; lloro, grito, sollozo. Magdalena era ella, Magdalena desgraciada, sus temores concebidos, su fortuna arrebatada.- “La cenicienta del poblado; con su barriga inflada, con su cuerpo cansado. Limpia el polvo en las vitrinas, limpia la mugre de su cara. Corre hacia el abismo, que con furia la ha tomado. Se lo arranca del vientre, lo mece en un canasto, lo entrega a un obrero, y se esfuma sin dar rastro”.Día 21 del mes pasado; arrojo al fuego desde la almohada, la Constanza desdichada, la Constanza malvada. Las historias de sus padres, los lamentos de un país. Hoy dia 28; arroja al fuego sin destreza, la Constanza que ha vivido.Retomando a mi princesa, retomando a Teresita; las nobles son muy pocas, las nobles son difuntas. La gata quiso ser primera. – Miau, miau. Contaron uno, contaron dos, contaron tres; contaron un maullido. Callo Teresa, tomó a Susan, calmo su miedo y pregunto sin velo; a la fría Constanza, con tan solo una mirada, mal hecho a su princesa. No habían palabras; solo gestos, movían la cabeza como histéricas locas, como afamadas brujas.- “Y la Roncancia por fin sonrió; la encontró, sucia y despeinada; aun así, la acompañaba su hermosura. Envidia sentía aquella bestia de viejo aspecto. Le brindo la manzana, le acepto la manzana. Chiquilla tonta; que perdió su infancia sin una historia, sin un final feliz; acaso no conoces bruja, ni valiente caballero, ni princesas mojadas, ni vagos de duelo. ¡Dios te salve ingenua pieza fina! “.Carcajadas de Constanza, la hicieron despertar; continuaron con sus vidas sin mirar atrás. Cierra la puerta y viste su espalda. El frio se hace más fuerte y la historia no es lo suficientemente tierna para echarla a quemar.

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